“El Precio”

Uno de los principales factores que más se valora a la hora de elegir un servicio es el precio. Tristemente, muchas veces eso es lo que asegurará dónde llevar a nuestra mascota, sin valorar todo el trabajo que hay detrás de un precio.

En “La Mansión de Leo” vemos como muchos clientes llegan de otros salones “más baratos” para arreglar el desastroso corte que le hicieron a su mascota, o con animales que no han sido tratados con los materiales y productos adecuados y vienen con problemas de piel y/o pelo (al final lo barato sale caro).

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Para ofrecer un óptimo servicio a cada cliente, en “La Mansión de Leo”, disponemos de los mejores champús y mascarillas que protegen el pH de la piel de nuestras mascotas, cuchillas y tijeras desinfectadas y bien afiladas con las que ofrecer un corte de pelo perfecto, toallas limpias para poder secar a cada uno de nuestros clientes, todo tipo de peines para todo tipo de mantos, y también disponemos de secadores especializados en el denso y peculiar pelo de cada animal.

Explicando todo esto, no queremos más que hacer ver que el precio no lo es todo. Detrás de cada sesión de peluquería hay mucho trabajo diario y material invertido para que cada animal que pisa nuestras instalaciones tenga la atención y resultados que precisa. Muchas veces, no entendemos el por qué “el elevado precio de la peluquería canina” (muchos hablan incluso de “pelar” al animal como si de una oveja se tratase). Para poder comprenderlo, primero habría que modificar la forma en la que vemos la peluquería canina, nosotros NO PELAMOS PERROS, nosotros REALIZAMOS CORTES DE PELO (indistintamente de si el animal va corto o no), lo cual abarca mucho más que “pelar” al animal.

Para intentar mostrar el trabajo que cada animal conlleva y por qué su precio, enumeraremos de forma amena 10 razones por las que la peluquería de nuestro perro cuesta más que la nuestra:

  1. Tu peluquero no te lava el trasero.
  2. No acudes a la peluquería con el pelo sucio y/o sin cepillar desde hace semanas (o incluso meses).
  3. No vas a la peluquería con pulgas y/o garrapatas.
  4. Tu peluquero no te limpia los oídos.
  5. Tu peluquero no te quita bolas de legañas de los ojos.
  6. Te mantienes quieto y sentado durante toda la sesión.
  7. Tu corte no incluye manicura ni pedicura.
  8. Tu peluquero sólo lava y corta el pelo de tu cabeza.
  9. No muerdes ni arañas al peluquero.
  10. La probabilidad de que defeques en la peluquería es mínima.

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Con todas estas argumentaciones no queremos ofender ni herir la sensibilidad de nadie, simplemente queremos hacer ver parte de lo que hay tras nuestro trabajo. UNA PASIÓN QUE NO SIEMPRE ES RECONOCIDA SI EL PRECIO NO ES EL ESPERADO.

Una peluquería canina vive de su trabajo, por lo que los precios deben englobar tanto el trabajo que realiza el profesional y su tiempo, como el gasto de material invertido en cada animal (gasto de champú, de agua y luz, desafilado de cuchillas y tijeras, rotura de púas de peines… Recordamos que las condiciones en las que nos encontramos el pelo de los animales, en muchos casos, no son las adecuadas para el buen uso y longevidad del material). Por eso, el precio no debería de ser el principal factor a la hora de elegir el mejor servicio.

La vida se encarece para todos en todos los sectores comerciales, por ello los precios pueden aumentar según se encarece la compra y reposición del material que se invierte en cada animal.

En “La Mansión de Leo” subimos diariamente fotos de nuestros trabajos a nuestras redes sociales (facebook e instagram) para mostrar sin ningún tipo de filtro el resultado de nuestros trabajos, siendo partidarios de valorar como factor principal ante la elección de un salón u otro, el trabajo realizado y no la comparativa económica.

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Una vez más, gracias por leernos.

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